Y me di cuenta que su soledad era la misma que la mia.
estaba ahi atras, sentada, hablando. se reia ''de nervios'', decia todo el tiempo. pero estaba ahi en mi nuca penetrandome con las palabras.
no es usual que en el bondi la gente se plantee cosas existenciales en voz alta. en voz baja si, el bondi existe para eso, y para llegar a destino con la cabeza embotellada de tanto pensar. pero el tramite siempre es en voz baja. esta vez fue diferente.
ella parecia poseer en si la conciencia de todos los pasajeros.
no paraba de hablar de las pequeñeces que necesitaba para no morirse de tristeza. esas mismas pequeñeces que todos andamos buscando todos los dias de la vida. todo eso que nos salva, y nos rescata la sonrisa.
todo el bondi en silencio escuchandola a ella. solo la voz de una mujer, las verdades colectivas en un hilo de voz, que desde su corazon, hablaba de amar, de querer amar y no poder.
le hablaba a su acompañante, pero tambien nos hablaba a todos.
todos eramos ella.
y de alguna manera, ella lo sabía, y nos lo hacia saber.
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