Tan sólo somos animales
jugando a ser personas
desmenuzándonos la carne
a las cinco de la mañana
sos perfectamente corrompible
por la forma en que mi boca
se desliza por tu pelvis
y te ultraja en una caricia
tan filosa como una llaga
como las puertas abiertas
de tu parsimonia
acariciándote la lengua
con el oído
uniendo los labios
sólo para separarlos
en lo que es (y será)
el derrumbe total de mis pensamientos
que suben
en forma de fiebre
para decirte
en un reboot eterno
que es tuyo
que es tuyo
que es tuyo.
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